
Se tuvo que cerrar el paraíso, todo era demasiado fácil allí, demasiado ideal. Tanto, que se hacía totalmente aburrido. A raíz de ello, el hombre empezó el éxodo, encontrándose con que el principal viaje era el que se hacia sí mismo, buscando algo más dentro de sí. ¡Cuál sería su sorpresa cuando se encontró el mal!.
Como si fuera una fuente inagotable, empezó a gastar de él; pero la cosa adquiría tintes tenebrosos. No aburría, pero el exceso de adrenalina le dejaba exhausto. Es entonces cuando se dio cuenta que había que jugar con esa dualidad de una manera más equilibrada.
De esta manera desarrolló la inteligencia, pues la vida se había convertido en un caos donde habría que batallar, y enfrentarse a los que los otros habían encontrado y se prodigaban en soltar. Ya había que pensar, no todo era fácil, el esfuerzo a veces era grande, y se necesitaba cavilar para encontrar soluciones que lo amortiguaran.
La vida se había convertido en algo apasionante, la sangre hervía. Decididamente el paraíso era para los muertos.
Sakkarah
Como si fuera una fuente inagotable, empezó a gastar de él; pero la cosa adquiría tintes tenebrosos. No aburría, pero el exceso de adrenalina le dejaba exhausto. Es entonces cuando se dio cuenta que había que jugar con esa dualidad de una manera más equilibrada.
De esta manera desarrolló la inteligencia, pues la vida se había convertido en un caos donde habría que batallar, y enfrentarse a los que los otros habían encontrado y se prodigaban en soltar. Ya había que pensar, no todo era fácil, el esfuerzo a veces era grande, y se necesitaba cavilar para encontrar soluciones que lo amortiguaran.
La vida se había convertido en algo apasionante, la sangre hervía. Decididamente el paraíso era para los muertos.
Sakkarah