lunes, 29 de marzo de 2010

Regalo



Sylvia, me ha hecho un bonito regalo. Es una persona con una delicadez especial.

Yo quiero hacer entrega de este regalo a los siguientes blogs:




jueves, 25 de marzo de 2010

No...


No, ya ni un solo pesar recaerá sobre mi espalda. No dejaré que nada me oprima el alma. Siempre me alcanza la madrugada despojándome de mi fragilidad.

El hechizo está en el silencio, en la voluntad que contiene los instintos.

Ni una sola mirada a un pasado que expiró. El amor por mí y hacia mí se hace presente, y la sonrisa abre las puertas de la bruma. La claridad se enciende con un paso hacia adelante.

En misteriosos azules viene cabalgando la ilusión. Sé que no anda lejana.

Sakkarah

lunes, 22 de marzo de 2010

Es malo abusar...


Es malo abusar cuando uno se sabe querido. El que quiere no se pone en el escaño más alto para que el otro vaya subiendo a él de rodillas. Eso no es nada parecido al amor.

Sakkarah

sábado, 20 de marzo de 2010

A veces...


A veces caminas en soledad, y la vida parece estática. Te falta quien mueve tus ilusiones.

Nunca he querido mirar atrás. Pero a veces me pierdo en quiméricos futuros.

No mirar al pasado, no me hace olvidar a las personas que quise.

De nada sirve lamentarse de lo que se dejó de hacer, o lo que se hizo mal. Eso...ya no se puede cambiar.

Me pregunto si es mejor viajar en soledad, pero me respondo al segundo que no. Yo soy un ser que necesita compañía.

En el taller de mi mente me busco respuestas, con ellas me quedo.

Reír, me gusta hacerlo. Pero no va a tapar las tristezas, ni traer las aguas de los ríos perdidos. La primavera sólo vendrá a su tiempo.

No he perdido, no he ganado, aún me queda la emoción de la meta.

Cargo de vida en mi pensamiento a los seres amados. Mis manos sólo intentan sostenerlos; pero no más sofocos, tengo que ahorrar mis fuerzas.

Un no para el olvido y otro para el recuerdo, amalgama en mi pensamiento.

Mi sombra no permanece, corre más que las aguas.

Amo, pero serena, como el caminante que cansado apoya el cuerpo en el árbol.

Mi vacío ha inventado la vida y ahora paso. Todo llegó a mi cuando yo partía. Todo lo tendré cuando sepa vivir sin ello.

Sakkarah

miércoles, 17 de marzo de 2010

El pasado...


El pasado es algo inexorable. Un muro alto que nos persigue pegado a nuestra espalda. Es inútil darse la vuelta para intentarlo escalar, sólo quedan huecos en el para poder mirar lo que sucedió. De nada sirve el cemento para taponarlos, siempre acaba cayendo en los momentos más inesperados.

Asomada a una de sus grietas, tendí una caña al lago que cubrió mi vida; quería rescatar un barril de sentimientos, pero la carcoma había taladrado su madera disipando sus momentos. Inútil buscar en el muro dónde llenar este vacío que sentía al mirar las estrellas, o al querer adivinar el horizonte. Estaba rodeada de fugacidad: El muro atrás, y al frente el misterio que nunca podría adivinar.

Quería detener un presente que no sabía vivir, y el tiempo marcaba el tic-tac en mi oído, llenándome de ansiedad.

Sakkarah

martes, 9 de marzo de 2010

Cuando una cosa se tuerce...


Cuando una cosa se tuerce, suele suceder que todo va encadena, que no va sola. Por eso dicen que a perro flaco nunca le faltan pulgas.

Queda la certeza de que siempre amanece, que las lluvias no son eternas. Es mejor no llenarse de negatividad, y pasar de largo ante las cosas que dañan. Siempre pensar bien, y sólo hacer caso a lo palpable, a la certeza.

Es mala consejera la ira que nos hace decir cosas inciertas. La calma siempre trae los buenos recuerdos, porque siempre vivir merece la pena.


Sakkarah

sábado, 6 de marzo de 2010

Son tantos los deberes...


Son tantos los deberes que abruman. Yo no creo que el hombre tenga que tenerlos, sólo entiendo un deber y un derecho, el del respeto. Todos los demás son pesadas cadenas que a lo largo de los siglos nos hemos impuesto.

La justicia no es más que seguir el dictado del corazón cuando este se conoce. Y conocerse es saber llamar a todo por su nombre, a la envidia, envidia; al rencor, rencor...Así sucesivamente. Saber dejar nuestros defectos sin adornos. Saber que no podemos ser perfectos y no asustarnos de nosotros mismos.

Es curioso como a veces hacemos aspavientos de lo que vemos en otro cuando la mayoría de las veces, ese defecto forma parte de nuestra más íntima raigambre.

Pues eso, que ya esta bien de tantos deberes, que sólo em debo a mí misma.

Sakkarah