Se asomó al precipicio, y vio abajo las estrellas, flotaban en un líquido nacarado. Rutilaban, atrayendo como imanes. Sólo había que dar dos pequeños pasos para acostarse en ellas, para poderlas rozar con los dedos.
Arriba, un cielo azul pálido suspiraba vacío, sólo una pequeña nube blanca lo acompañaba.
Detrás de ella, las dunas lo ocupaban todo. Sólo arena en donde enterrar sus pies, o donde rebozar su fina piel. El sol pegaba con fuerza, y había capturado todos los pozos de agua. Los tenía escondidos para presentarlos a capricho.
El calor hacía sus estragos, y le nublaba los ojos. Abajo se perdían las estrellas dando paso a un fuego enorme, cuyas llamas se alzaban como queriéndola capturar. No sabía si lanzarse la llevaría a ese infierno rojo y amarillo, o por el contrario, al feliz deleite entre las estrellas. Su cabeza daba vueltas perdiendo la noción de todo.
Una mirada más, hacia atrás, la dio fuerzas para dar dos pasos adelante, hasta caer al vacío. Una caída vertiginosa sin saber donde iría a parar; pero cualquier cosa era mejor que el andar anodino entre la monótona y estéril arena.
Sakkarah
Arriba, un cielo azul pálido suspiraba vacío, sólo una pequeña nube blanca lo acompañaba.
Detrás de ella, las dunas lo ocupaban todo. Sólo arena en donde enterrar sus pies, o donde rebozar su fina piel. El sol pegaba con fuerza, y había capturado todos los pozos de agua. Los tenía escondidos para presentarlos a capricho.
El calor hacía sus estragos, y le nublaba los ojos. Abajo se perdían las estrellas dando paso a un fuego enorme, cuyas llamas se alzaban como queriéndola capturar. No sabía si lanzarse la llevaría a ese infierno rojo y amarillo, o por el contrario, al feliz deleite entre las estrellas. Su cabeza daba vueltas perdiendo la noción de todo.
Una mirada más, hacia atrás, la dio fuerzas para dar dos pasos adelante, hasta caer al vacío. Una caída vertiginosa sin saber donde iría a parar; pero cualquier cosa era mejor que el andar anodino entre la monótona y estéril arena.
Sakkarah
La letra, aunque me gusta leerla, no la comento porque no tengo capacidad de enjuiciamiento, pero la foto es para volver a esa plataforma maravillosa del fiordo noruego. Solo que estando allí, se te olvidan tus escritos y los de todo el mundo... solo piensas en lo que te rodea, y que cuesta encontrar otro sitio con tanta belleza.
ResponderEliminarUn abrazo amiga
"Learn to Fly", Pink Floyd. Es muy tentador saltar en el abismo - con un paracaidas en las costas. Y volar!
ResponderEliminarSacc tu personaje y yo nos encontraremos abajo, las dos hemos saltado al vacío sin saber muy bien donde posaremos los pies o nos romperemos la crisma, pero es que detrás solo nos quedaba el desierto y la vista de sumergirnos en un mar de estrellas es muy tentadora.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
Musu bat
y en plena caida quedarás asida en algún brazo de alguna brillante estrella... un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Woody, me alegro que te guste la imagen.
ResponderEliminarJajaja, Sylvia, eso, con paracaidas para poder volar.
Me alegra que te guste, Od, y que te identifiquees con el escrito...
Jo, Marea, eso si que es bonito.
Muchos besos a todos.
Algún día quizás pueda contarte hasta que punto llego a identificarme con algunos de tus escritos.
ResponderEliminarConcretamente este habla mucho de mi, campeona de salto, con ojos cerrados y rezando a los santos ateos jaja.
Besitos.
Espero y deseo, Od, que algún día me lo puedas contar.
ResponderEliminarMuchos besos.