En el cuarto vacío había partículas de polvo que se incrustaban. Eran como puñales para el alma.
Una tablilla bajo la puerta le hizo dejar morir todos los sentidos.
La fuerte voluntad forjaría una armadura de hierro.
Una tablilla bajo la puerta le hizo dejar morir todos los sentidos.
La fuerte voluntad forjaría una armadura de hierro.
La más fuerte de las armaduras, tu propia voluntad.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, querida Sakkarah! Viniendo por aquí a saber de ti. Siempre delicada, y tan poética!
ResponderEliminarBesos!
Cierto...aveces solo creo que existe en nosotros la VOLUNTAD.
ResponderEliminarClaro esta no tiene moral,ni un dios que lo guie.
Un saludo.
La voluntad es intención, deseo, empeño y perseverancia. No sé si hay algun dios que la guíe, pero de alguna manera es como el sol que nace cada día y que procura vida y desarrollo a todo ser. Yo la compararía a nuestro Sol interior...
ResponderEliminarBesos de domingo, que empiezan a ser bastante calurosos.
Hermosa comparacion.
ResponderEliminarNunca he visto un cuarto vacío del todo.
ResponderEliminarYo cuando veo un espacio diáfano me entra el siroco de decorarlo. El tema de la decoración es muy gratificante, combinar colores, mover muebles de sitio, permitirse imaginar en suma como quedaría el cuarto vacío con una nueva decoración. Soy ariana, no puedo quedarme quieta.
A veces nos creemos muy clásicos, y descubrimos que el diseño moderno nos da una nueva visión en cuanto miramos y nos renueva el espíritu. Un cuarto vacío no sirve para absolutamente nada.
Besos.
Muchas gracias a todos por vuestras respuestas.
ResponderEliminarPerdonad mi retraso.
Muchos besos.